En las últimas décadas, se ha producido un importante crecimiento de la demanda de transporte a nivel mundial, convirtiéndose en una actividad básica de las sociedades desarrolladas, al tiempo que constituye un factor clave para el desarrollo socioeconómico de cualquier sociedad. En este sentido, las infraestructuras de transporte tienen una función muy importante en las sociedades modernas y, en concreto, en el contexto regional la dotación de una adecuada red de infraestructuras constituye un elemento fundamental para el aumento de la competitividad y la mejora del bienestar social. Por tanto, la importancia de la dotación de infraestructuras con la que cuenta un determinado país o región se debe tanto a sus efectos sobre el sistema económico, como a sus efectos sociales, en términos de la variación que provocan sobre el bienestar.
Existe un amplio consenso acerca del vínculo existente entre desarrollo económico e infraestructuras de transporte, y en este sentido, parece necesario contar con una adecuada red de infraestructuras para conseguir una óptima localización de los recursos productivos de una economía. No obstante, existen algunas dudas sobre la dirección de la relación de causalidad entre infraestructuras de transporte y crecimiento económico. Lo que si podemos afirmar con rotundidad es que, dada la relación entre ambas variables, la insuficiente dotación de infraestructuras de transporte, o su no adecuación a las necesidades de transporte, constituyen un elemento que frena el desarrollo económico del área afectada. Junto a este enfoque general de la economía y el transporte, ha surgido la denominada Economía del Transporte, que trata de resolver los problemas relacionados con los movimientos de bienes, mercancías y personas desde un punto de vista microeconómico, tratando de ver en qué medida el transporte supone un avance en el proceso de liberalización de los mercados y cómo afecta al sistema económico en general.
El objetivo es analizar los efectos de los principales proyectos de infraestructuras existentes actualmente con respecto al eje mediterráneo andaluz. Se trata de 4 infraestructuras de transporte que se encuentran actualmente en fase de ejecución o que está previsto que se realicen en el corto plazo. En concreto, son tres infraestructuras de transporte por carretera a través de la construcción de autovías, y una nueva línea ferroviaria de alta velocidad que conecta a la capital almeriense con Murcia. Las tres autovías consideradas son la autovía Almería-Málaga, la autovía Granada-Motril y la autovía A-92 Sur, entre Guadix y Almería, que supone la finalización de la construcción de la A-92.